En el Auditorio Nacional la nostalgia cuelga de las paredes. Son los retratos en blanco y negro de decenas de grandes intérpretes que han hecho historia en el recinto madrileño y que ayer repasamos con detalle en un retorno al pasado con el que descubrimos que la mayor parte de los artista que por allí pasaron forman parte también de la historia de la Orquesta Sinfónica de Galicia.
En las paredes de la zona de camerinos están los retratos de los mismos artistas que han construido también la historia artística de la OSG: allí estaban las fotos de Mischa Maisky, Paul Badura Skoda, Joaquín Achúcarro, Montserrat Caballé, Anne Sophie-Mutter, Grigory Sokolov, Mauricio Pollini, Nelson Freire, Vladimir Jurowski, Juanjo Mena, Elisabeth Leonskaja, Neville Marriner, Alice Sara Ott… prácticamente todos los que lucen en las paredes del Auditorio Nacional como brillaron también en los conciertos de la OSG en el Palacio de la Ópera.
En una esquina, sin embargo, luce una foto de alguien de gesto profundamente serio y concentrado con el que la orquesta no tuvo la fortuna de trabajar: Stiatoslav Richter, quizá porque el gran pianista ruso falleció demasiado pronto o la OSG se fundó demasiado tarde.