Barcelona

Gustavo Dudamel: «Ustedes son la madre de la melodía»

Parece algo imposible resistirse a su encanto natural y sencillo, porque nada más dirigirse a la orquesta en su primer ensayo dijo recordar con mucho cariño su concierto con la OSG en la plaza del Obradoiro. Y también en broma señaló que no pensáramos que solo se sabía la Novena de Beethoven. «También me sé la Quinta. La Novena y la Quinta. Nada más».

Y lo de recordar con cariño un concierto de hace tres años podría parecer un lugar común, un gesto amable… pero es que nada más empezar el trabajo enseguida se refería al modo en el que, hace tres años, había ensayado con la OSG tal pasaje y que ahora pretendía hacer de otro modo. Y recordaba sin ninguna duda cómo había salido esto, o cómo había funcionado lo otro… Ahora este legato mejor así y la última nota de la frase cantando, pero no alargando, porque sigue siendo una negra.

Gustavo Dudamel podría haber sido novelista, porque parece tener al alcance la fórmula del éxito de la que nos hablaba el escritor William Faulkner para ser el mejor en la profesión: «99 por ciento de talento, 99 por ciento de disciplina y 99 por ciento de trabajo».

Porque el venezolano salido del Sistema de Abreu maneja con idéntica precisión manejar los porcentajes de los que nos habla el autor de Luz de Agosto y de seguir, además, sus consejos: «nunca sentirse satisfecho con lo que uno hace. Lo que se hace nunca es tan bueno como podría ser. Tratar siempre ser mejor que uno mismo».

Pero el caso es que se convirtió en director de orquesta. Y lo cierto es que se lo toma muy en serio. Tanto como para, a pesar de dirigir la Filarmónica de Los Ángeles o la Filarmónica de Viena y de grabar con la Simón Bolívar o la de Berlín, también encuentra tiempo para pasarse por el canal de YouTube de la OSG para descubrir todo lo que la orquesta hizo durante el confinamiento. Y la felicitó por ello, por haberse mantenido en activo durante meses tan duros, porque siempre hay que hacer estas cosas cuando más falta hacen.

Resulta complejo explicar cómo son los ensayos con Dudamel. No se trata de este crescendo un poco más largo, o no tanto volumen etcétera. Sus ensayos son una explosión de símiles y metáforas que sacan lo mejor de cada músico. Ayer por la tarde buscaba un efecto rítmico como el de «pájaro carpintero» haciendo su trabajo.
En un momento del ensayo general de esta mañana se dirigió a las maderas de la orquesta: «ustedes son la madre de la melodía que está aquí ahora con los violines, tienen que acompañarla para que camine sola pero sin obligarla». Y así todos los ensayos. Y así todo el tiempo…

Categories: Barcelona, Gustavo Dudamel

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