Sobre el escenario del Palacio Euskalduna de Bilbao ya solo quedan los chicos de producción recogiendo el material y cargando el camión que lo regresará todo al otro Palacio, el de la Ópera de A Coruña. Parece que los chicos de producción son invisibles hasta que hay un problema o necesitas una solución a una silla inestable o a un quítame de ahí ese atril… Son los que más madrugan y, aunque quizá no sean los que más tarde se acuestan, son los últimos en abandonar los escenarios.
Con la inmediatez con la que se suceden los conciertos en una programación con decena de ellos como es el caso del Musika Música 2018 los de producción han tenido que hilar más fino que de costumbre y montar y desmontar toda la orquesta en escasos minutos. Desde luego que hilar no hilan con rueca.

La sensación que deja la participación de la Sinfónica de Galicia en el Musika Música 2018 es que en estos tres días han pasado cosas importantes (algunas incluso muy importantes), y la idea que fluye de boca en boca a pocas horas de iniciar el camino de regreso es el deseo de poder volver al festival el año que viene.

El “agolivio” de gira llega a su fin y en casa te esperan tus niñas, el calentador que todavía no funciona, el final de esta improvisada luna de miel de cuatro días con la vuelta a la realidad de todos los días y, además, el estracto del banco.