La Sociedad Coral de Bilbao canta con tal intensidad el “¡Levántate, oh pueblo ruso!” del Alexander Nevsky de Prokófiev que te entran ganas de levantarte contra lo que sea aunque no seas ruso.
Son poco más de las once de la mañana y estamos en pleno ensayo con la coral vasca para preparar el concierto con el que la Sinfónica de Galicia cierra mañana domingo su participación en el Festival Musika-Música 2018, aunque el día comenzó para muchos de nosotros a eso de las siete y media de la mañana ante un desayuno que más de uno fue después a quemar al gimnasio del hotel. (Aquí es donde alguien debería explicarme para qué tomar un desayuno que luego tienes que quemar…)
Al ensayo se puede ir dando un paseo de unos quince minutos siguiendo el curso del río Nervión, aunque los autobuses son cómodos y rápidos y tienes tiempo para comentar detalles del concierto de anoche e incluso leer.
El maestro Litton ya ha tenido ocasión de trabajar el día anterior con el coro y ahora es cuestión de ajustar algún diminuendo aquí, aclarar un detalle de precisión métrica en el «Peregrinus, expectavi» del segundo número del coro (Los cruzados en Pskov) y poca cosa más. Y después a repasar una y otra vez detalles con la orquesta.
Habrá momento para un almuerzo rápido, pequeño descanso y tal y de nuevo regreso al Palacio Euskalduna para el segundo concierto de la OSG con la Sinfonía nº 5 de Dmitri Shostakóvich.
Y a las siete y cuarto Andrew Litton enciende la música del ruso y hace fuego como para incendiar todo el Euskalduna. Pero como decía Wittgenstein en su Tractatus, “de lo que no se puede hablar hay que callar”.
(Foto cortesía de Pablo Sánchez Quinteiro)
Categories: Musika-Música 2018
Comments are closed.