Llegas al final y sientes que más que un regreso es la repatriación de tu cadáver. Han sido siete días tan intensos que no crees posible que todo lo vivido pueda emparedarse en lo que comúnmente se entiende por la típica semana del calendario.
Apaguen la luz y cierren la puerta.
Esta gira cada uno la ha llevado a su manera: José Manuel Queijo parapetado tras toneladas de paracetamol entre carga y descarga con José Manuel Ageitos haciendo lo posible para que no se le desborde la paciencia; Nerea Varela y Lucía Sández entretenidas de sobra con mucho de todo y casi nada de tiempo para ellas (montaje, coordinación, producción, comunicacion… Buscando un chófer inesperado a última hora o suplicando en el hotel que se alargue el horario de una cena), Zita Tanasescu sin perder nunca de vista el material musical y siempre con su marido cerca… Mientras Javier Vicius en permanente punto de fuga, en todas partes y en ninguna, mientras Ángeles Cucarella supervisa la intendencia y organiza el puzzle de los grupos en los que se producirá el regreso.
Pero el éxito de una gira es también el resultado del esfuerzo en la sombra de María Salgado, tanta supervisión económica y todos los pagos de esto y aquello… Y de Diana Romero, con la preparación previa de material musical, pasando arcos en una tarea que se antoja interminable. Y Franco Orsini que durante días preparó junto con Ageitos los listados, documentación y fotos exhaustivas para la exportación temporal de hasta la última goma del pelo que viajó con la orquesta. Y claro, todo el personal que también quedó en tierra —Inma Sánchez, Iván Portela, Alberto García, José Antonio Anido, Noelia Sánchez, Angelina Deniz, José Rúa y Daniel Rey—, los que se emplearon a fondo con decenas de contratos y resoluciones, atendiendo teléfonos y soportando con paciencia alguna que otra explosión de genio, ayudando en esto o en aquello o simplemente aguantando con resignada paciencia el desahogo esporádico y desesperado de algún jefe de departamento.
Y con los conciertos ya terminados y todo el pescado vendido, solo queda decir adiós, es hora de volver a casa para vestirse de nuevo con la rutina nuestra de cada día. Pues chao pescao. Y hola pescadito…
Categories: Gira Abu Dhabi
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