Hay algo mágico en las giras de la Sinfónica de Galicia. Es algo así como una corriente de energía que se despliega de forma invisible pero efectiva en cuanto llegas a destino… Es invisible porque no se ve y, además, al principio casi no se percibe. Va creciendo poco a poco y, cuando menos te lo esperas, estás en medio de una corriente indomable: es la energía de las más de cien personas con las que durante unos días compartes un mismo objetivo y destino. Todos quieren saber, conocer, descubrir. Y de pronto empiezas a compartir fotos, posados, selfies… comentarios de esto y aquello, que si has ido ya a la gran mezquita, o si sabes de un sitio magnífico para comprar recuerdos para la familia. Todos quieren asegurarse que ya estás al tanto de lo bien que se come aquí, lo bien que se cena allá. De pronto te encuentras compartiendo taxi para compartir gastos y aprovechar esa hora escasa de descanso en la que poder comprar ese recuerdo para quienes más quieres. Y surgen nuevas amistades con aquellas personas que pensaban que eras tímido, o quizá muy serio, o aburrido. Algunas amistades se consolidarán en el tiempo. Otras, quizá, sean amistades de esas amistades fugaces que duran lo que una gira. Pero tanto unas como otras, sirven para compartir momentos especiales.
Y de pronto empiezan a enviarte fotos porque saben de este blog, todos quieren participar, ayudar a que tengas las imágenes más originales, de este rincón que hemos descubierto, de aquella vista que seguro no has conoces todavía.
Es como si las vidas de esas más de cien personas convergiesen de pronto en una única vida, una vida colectiva.
Categories: Gira Abu Dhabi
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